sábado, 21 de mayo de 2016
Correción del texto 3: Genazin- Helmuth (30 minutos)
El hombre con el que vivo/comparto mi vida desde hace tiempo se llama Helmuth y es abogado en una compañia de seguros. Helmuth es tranquilo, racional, sensato. Me llevó mucho convencer a Helmuth que mis reservas no tenían -ni tienen- que ver con él. Temo los demonios de la vida cotidiana y una pareja que comparte un piso y lo comparte por mucho tiempo, no tiene ninguna perspectiva contra estos demonios. ..pero al principio ya las producía en todo caso. Por ejemplo, le aceptía ir de compras conmigo.... Mi alma siempre temerosa de verse ahogada ni habría soportado ni una sola compra de este tiempo. Recientemente me preguntó cómo tenía que ser la vida cotidianapara no resultar espantoso. Me sorprendió, porque tenía este debate por cerrado desde hacía tiempo. No tenía ganas volver a empezar desde el principio y le contesté secamente: no hay una vida cotidiana que no sea espantosa. Poco después me sorprendí yo misma sobre mi rudeza. Mi respuesta se interpuso entre nosotros y produjo un silencio que lamentaba para adentros.
Traducción del libro "Für immer der Deine" de Nicholas Sparks Parte número 5 (3h)
Para el curso de "Traducción e interpretación", traduciré el libro "Für immer der deine" de Nicholas Sparks en este semestre (Sommersemester 2016)
Clayton no podía comprobar un acento regional en la pronunciación del hombre. Hablaba inglés cómo Johnny Carson, habría dicho mi madre, ya que un Talkmaster en la televisión no debería tener ningún acento cómo él.
-Póngase su perro a la correa.-
- No se preocupe. No se mueve si no digo nada.-
-Sin embargo.-
El extraño sacó su mochila y revolvió en su mochila. Clayton alargó su cuello con la esperanza que tal vez pudiera espiar algo lo que parecía a drogas o a fusiles. En seguida estaba yendo atado y el hombre examinaba Deputy con una vista que parecía preguntar: Y ahora qué?
-Qué está haciendo aquí?- preguntó Clayton.
-Estoy caminando-
-Su mochila es demasiado grande para una excursión simple.-
El extraño no reaccionó.
-O a lo mejor usted estaba pasando de puntillas porque usted pensaba que hubiera algo de ver-
-Eso lo hace la gente aquí?-
Ni el tono ni la alusión escondida le gustaba a Clayton.
-Quiero ver su pasaporte de identificación-
De nuevo el hombre sacó su mochila y sacó su pasaporte. Con la palma de la mano indicó a su perrot que debería estar sentado mientras que se acercó Clayton para mostrar su pasaporte.
-Usted no tiene su licencia de conducir consigo?-
Normalmente nadie llevaba su pasaporte porque la licencia de conducir era suficiente como pasaporte.
-No lo tengo-
Clayton estudió su nombre, lo formó con sus labios.
-Logan Thibault?-
El extraño asintió con la cabeza.
-De dónde viene usted?-
-De Colorado.-
-Es muy lejos de aquí-
Silencio.
-Tiene una meta determinada?-
-Estoy en el camino a Arden.-
-Qué es Arden?-
-No se lo puedo decir desgraciadamente. Nunca he estado allá.-
Clayton arqueó las cejas. La respuesta le parcía fregada. Casi desvergonzada. En todo caso no le caía bien. En general no podía aguantar ese tio.
-Espera un momento.- dijo.
-Está de acuerdo si investigo sus datos.-
-Por favor.-
Cuando Clayton estaba yendo a su coche, miró sobre su espalda y vio que Thibault sacó una pequeña llave de su mochila con la que llenó su botella. Parecía totalmente despreocupado. Como si todo le diera igual. Encontraremos algo, amigo! En su coche patrulla llamó a su central, dijo el nombre y lo deletreó. La mujer de la cental lo interrumpió.
- Se lo pronuncia Ti-bo. Es francés.-
-La pronunciación no me interesa. Ti-bo! Me da igual. Lo pronuncio americano. Thaibolt.-
-Solamente quería...-
-No pasa nada, deberías investigar sus datos.-
-Parece a un francés?-
-Cómo puedo saber como se ve un francés?-
-Solamente estoy preguntando. No te quejes. Tenemos mucho que hacer."
Texto alemán:
Clayton konnte in der Aussprache des Mannes keinen regionalen Akzent ausmachen. Er redet Englisch wie Johnny Carson, hätte seine Mutter gesagt, weil ja so ein Talkmaster im Fernsehen keinen Akzent haben durfte. „Nehmen Sie ihn an die Leine.“ „Keine Sorge. Er rührt sich nicht, wenn ich es nicht sage.“ „Trotzdem.“ Der Fremde nahm seinen Rucksack ab und wühlte darin herum. Clayton reckte den Hals in der Hoffnung, vielleicht etwas zu erspähen, was nach Drogen oder nach einer Waffe aussah. Gleich darauf war der Hund angeleint, und der Mann musterte den Deputy mit einem Gesichtsausdruck, der zu fragen schien: Und was jetzt? „Was machen Sie hier?“, fragte Clayton. „Wandern.“ „Ihr Rucksack ist ganz schön groß für eine einfache Wanderung.“ Der Fremde reagierte nicht. „Oder sind Sie vielleicht nur herumgeschlichen, weil Sie dachten, es gibt hier was zu sehen?“ „Tun das die Leute hier?“ Weder der Tonfall noch die versteckte Andeutung in diesem Satz gefiel Clayton. „Ich möchte Ihren Ausweis sehen.“ Wieder nahm der Mann den Rucksack ab und holte gehorsam seinen Pass heraus. Mit der flachen Hand gab er dem Hund zu verstehen, er solle sitzen bleiben, während er auf Clayton zuging, um ihm den Pass zu zeigen. „Sie haben Ihren Führerschein nicht dabei?“ Normalerweise trug niemand seinen Pass mit sich herum, weil der Führerschein als Ausweis genügte. „Ich besitze keinen.“ Clayton studierte den Namen, formte ihn mit den Lippen. „Logan Thibault?“ Der Fremde nickte. „Woher kommen Sie?“ „Aus Colorado.“ „Ganz schön weit weg von hier.“ Schweigen. „Haben Sie ein bestimmtes Ziel?“ „Ich bin unterwegs nach Arden.“ „Was ist in Arden?“ „Kann ich Ihnen leider nicht sagen. Ich war noch nie dort.“ Clayton runzelte die Stirn. Die Antwort fand er frech. Fast schon unverschämt. Jedenfalls passte sie ihm nicht. Überhaupt konnte er den Kerl nicht ausstehen. „Warten Sie einen Moment“, sagte er. „Sie haben doch sicher nichts dagegen, wenn ich die Daten überprüfe.“ „Bitte – gern.“ Als Clayton zu seinem Wagen ging, schaute er kurz über die Schulter und sah, dass Thibault eine kleine Schüssel aus seinem Rucksack holte und sie mit Wasser aus einer Flasche füllte. Er wirkte völlig unbekümmert. Als wäre ihm alles egal. Wir werden schon was finden, Freundchen! In seinem Streifenwagen nahm Clayton Funkkontakt mit der Zentrale auf, gab den Namen durch und buchstabierte ihn. Die Frau in der Zentrale unterbrach ihn. „Das spricht man Ti-bo aus. Ist französisch.“ „Die Aussprache interessiert mich nicht. Ti-bo! Mir doch egal. Ich spreche ihn amerikanisch aus. Thai-bolt.“ „Ich wollte nur -“ „Ist schon gut, Marge. Du sollst die Daten überprüfen.“ „Sieht er aus wie ein Franzose?“ „Woher zum Teufel soll ich wissen, wie ein Franzose aussieht?“ „Ich frag doch bloß. Reg dich nicht gleich so auf. Wir haben hier viel Stress.“
Clayton no podía comprobar un acento regional en la pronunciación del hombre. Hablaba inglés cómo Johnny Carson, habría dicho mi madre, ya que un Talkmaster en la televisión no debería tener ningún acento cómo él.
-Póngase su perro a la correa.-
- No se preocupe. No se mueve si no digo nada.-
-Sin embargo.-
El extraño sacó su mochila y revolvió en su mochila. Clayton alargó su cuello con la esperanza que tal vez pudiera espiar algo lo que parecía a drogas o a fusiles. En seguida estaba yendo atado y el hombre examinaba Deputy con una vista que parecía preguntar: Y ahora qué?
-Qué está haciendo aquí?- preguntó Clayton.
-Estoy caminando-
-Su mochila es demasiado grande para una excursión simple.-
El extraño no reaccionó.
-O a lo mejor usted estaba pasando de puntillas porque usted pensaba que hubiera algo de ver-
-Eso lo hace la gente aquí?-
Ni el tono ni la alusión escondida le gustaba a Clayton.
-Quiero ver su pasaporte de identificación-
De nuevo el hombre sacó su mochila y sacó su pasaporte. Con la palma de la mano indicó a su perrot que debería estar sentado mientras que se acercó Clayton para mostrar su pasaporte.
-Usted no tiene su licencia de conducir consigo?-
Normalmente nadie llevaba su pasaporte porque la licencia de conducir era suficiente como pasaporte.
-No lo tengo-
Clayton estudió su nombre, lo formó con sus labios.
-Logan Thibault?-
El extraño asintió con la cabeza.
-De dónde viene usted?-
-De Colorado.-
-Es muy lejos de aquí-
Silencio.
-Tiene una meta determinada?-
-Estoy en el camino a Arden.-
-Qué es Arden?-
-No se lo puedo decir desgraciadamente. Nunca he estado allá.-
Clayton arqueó las cejas. La respuesta le parcía fregada. Casi desvergonzada. En todo caso no le caía bien. En general no podía aguantar ese tio.
-Espera un momento.- dijo.
-Está de acuerdo si investigo sus datos.-
-Por favor.-
Cuando Clayton estaba yendo a su coche, miró sobre su espalda y vio que Thibault sacó una pequeña llave de su mochila con la que llenó su botella. Parecía totalmente despreocupado. Como si todo le diera igual. Encontraremos algo, amigo! En su coche patrulla llamó a su central, dijo el nombre y lo deletreó. La mujer de la cental lo interrumpió.
- Se lo pronuncia Ti-bo. Es francés.-
-La pronunciación no me interesa. Ti-bo! Me da igual. Lo pronuncio americano. Thaibolt.-
-Solamente quería...-
-No pasa nada, deberías investigar sus datos.-
-Parece a un francés?-
-Cómo puedo saber como se ve un francés?-
-Solamente estoy preguntando. No te quejes. Tenemos mucho que hacer."
Texto alemán:
Clayton konnte in der Aussprache des Mannes keinen regionalen Akzent ausmachen. Er redet Englisch wie Johnny Carson, hätte seine Mutter gesagt, weil ja so ein Talkmaster im Fernsehen keinen Akzent haben durfte. „Nehmen Sie ihn an die Leine.“ „Keine Sorge. Er rührt sich nicht, wenn ich es nicht sage.“ „Trotzdem.“ Der Fremde nahm seinen Rucksack ab und wühlte darin herum. Clayton reckte den Hals in der Hoffnung, vielleicht etwas zu erspähen, was nach Drogen oder nach einer Waffe aussah. Gleich darauf war der Hund angeleint, und der Mann musterte den Deputy mit einem Gesichtsausdruck, der zu fragen schien: Und was jetzt? „Was machen Sie hier?“, fragte Clayton. „Wandern.“ „Ihr Rucksack ist ganz schön groß für eine einfache Wanderung.“ Der Fremde reagierte nicht. „Oder sind Sie vielleicht nur herumgeschlichen, weil Sie dachten, es gibt hier was zu sehen?“ „Tun das die Leute hier?“ Weder der Tonfall noch die versteckte Andeutung in diesem Satz gefiel Clayton. „Ich möchte Ihren Ausweis sehen.“ Wieder nahm der Mann den Rucksack ab und holte gehorsam seinen Pass heraus. Mit der flachen Hand gab er dem Hund zu verstehen, er solle sitzen bleiben, während er auf Clayton zuging, um ihm den Pass zu zeigen. „Sie haben Ihren Führerschein nicht dabei?“ Normalerweise trug niemand seinen Pass mit sich herum, weil der Führerschein als Ausweis genügte. „Ich besitze keinen.“ Clayton studierte den Namen, formte ihn mit den Lippen. „Logan Thibault?“ Der Fremde nickte. „Woher kommen Sie?“ „Aus Colorado.“ „Ganz schön weit weg von hier.“ Schweigen. „Haben Sie ein bestimmtes Ziel?“ „Ich bin unterwegs nach Arden.“ „Was ist in Arden?“ „Kann ich Ihnen leider nicht sagen. Ich war noch nie dort.“ Clayton runzelte die Stirn. Die Antwort fand er frech. Fast schon unverschämt. Jedenfalls passte sie ihm nicht. Überhaupt konnte er den Kerl nicht ausstehen. „Warten Sie einen Moment“, sagte er. „Sie haben doch sicher nichts dagegen, wenn ich die Daten überprüfe.“ „Bitte – gern.“ Als Clayton zu seinem Wagen ging, schaute er kurz über die Schulter und sah, dass Thibault eine kleine Schüssel aus seinem Rucksack holte und sie mit Wasser aus einer Flasche füllte. Er wirkte völlig unbekümmert. Als wäre ihm alles egal. Wir werden schon was finden, Freundchen! In seinem Streifenwagen nahm Clayton Funkkontakt mit der Zentrale auf, gab den Namen durch und buchstabierte ihn. Die Frau in der Zentrale unterbrach ihn. „Das spricht man Ti-bo aus. Ist französisch.“ „Die Aussprache interessiert mich nicht. Ti-bo! Mir doch egal. Ich spreche ihn amerikanisch aus. Thai-bolt.“ „Ich wollte nur -“ „Ist schon gut, Marge. Du sollst die Daten überprüfen.“ „Sieht er aus wie ein Franzose?“ „Woher zum Teufel soll ich wissen, wie ein Franzose aussieht?“ „Ich frag doch bloß. Reg dich nicht gleich so auf. Wir haben hier viel Stress.“
miércoles, 11 de mayo de 2016
Traducción del libro "Für immer der Deine" de Nicholas Sparks Parte número 3 (3h)
Para el curso de "Traducción e interpretación", traduciré el libro "Für immer der deine" de Nicholas Sparks en este semestre (Sommersemester 2016)
-No nos dio cuenta de esto!- gritó la castaña horrozizadamente mientras que envolviéndose en su tolla. - No teníamos ninguna idea. Recién hace un par de días nos contó alguien de esa playa!- Las otras dos estaban tan angustiadas que ni decían ni una palabra y se esforzaban mantenerse calladas, entrar en sus partes inferiores de su bikini. Pero la tercera chica siguió hablando valientemente. -La verdad que estamos para la primera vez aquí!- Ella sonaba como si sus lágrimas comenzieran a recorrer su rostro. Típicamenta para una superior chica mimada. Seguramente todas tres forman para de esta categoría. Se las veían de alguna manera. -Habéis sabido que la desnudez pública es una ifracción criminal en este sitio?- El veía cómo empaledecían las tres gracias. Seguramente tenían miedo que infracción podría aparecer en su certificado policial como apunte. Una imagen para los diosos, esas chicas. Pero verdaderamente tenía que tener cuidado y de ninguna manera no tenía permiso para exagerar la severidad.- Cómo os llamaís?-, -Me llamo Amy- dijo la chica con el pelo marrón y tragó. -Amy White-, -Y de dónde venís?-, -Yo soy de Chapel Hill. Es decir que en realidad soy de Charlotte.-, -Veo que aquí estan bebidas alcohólicas. Ya teneís permiso de beber alcohol? Ya tenéis 21 años?- Por fin las otras chicas mostraban una reacción. -Claro, sir, respondieron las tres en un coro. -Vale, Amy. Ahora os digo lo que voy a hacer. Qué no habéis visto el letrero, os creo. Y también que tenéis el permiso de beber alcohol. Por lo tanto acepto hacer la vista gorda y que no hago un asunto de Estado. Haré como si nunca hubiera estado aquí. Sin embargo en compensación tenéis que prometerme que no vais a mi jefe y contarle que yo os hubiera dejado salir sin castigo- Las chicas no sabían si pudieran confiar en él. - De verdad?- susurró Amy. -De verdad- repitió. - La verdad que yo también he estado en el colegio una vez.- Eso no es verdad pero sonaba bien, pensaba. -Y quisierais vestiros ahora, por favor... nunca se sabe quién va de puntillas por el soto.- El sonrio elocuentemente. -Y por favor desecháis las latas enteras de cerveza, oís?- Vale, Sir-, -Muy bien- Se giró a irse. -Es todo?-, exclamó Amy atónita. Clayton se giró y sonrio de nuevo. -Sí, eso es todo. Y Mantened salvas.- Por la maleza se encaminó a su coche patrulla. Simpre nuevamente tenía que agacharse por las ramas bajas. Pensaba que había hecho su cosa bien. Incluso muy bien. Y Amy todavía le había sonreido por último! Por un momento ronda su mente la idea si él debería girarse y pedirse su número. No pesaba, era mejor dejarlo con este encuentro.
Texto alemán:
„Nein, das haben wir gar nicht bemerkt!“, rief die Brünette entsetzt, während sie sich in ihr Handtuch wickelte. „Wir hatten keine Ahnung. Uns hat erst vor ein paar Tagen jemand von diesem Strand erzählt!“ Die anderen beiden waren so verängstigt, dass sie kein Wort herausbrachten und sich nur stumm bemühten, irgendwie in ihre Bikini-Unterteile zu kommen. Aber das dritte Mädchen redete tapfer weiter. „Wir sind heute wirklich zum allerersten Mal hier!“ Sie klang, als würde sie gleich in Tränen ausbrechen. Typisch für so eine verwöhnte höhere Tochter. Bestimmt gehörten sie alle drei in diese Kategorie. Man sah es ihnen irgendwie an. „Wusstet ihr, dass öffentliche Nacktheit hierzulande ein kriminelles Vergehen ist?“ Er sah, wie die drei Grazien erblassten. Bestimmt hatten sie Angst, diese Übertretung des Gesetzes würde als Aktennotiz in ihrem polizeilichen Führungszeugnis auftauchen. Ein Bild für die Götter, diese Mädels. Aber er musste wirklich vorsichtig sein und durfte auf keinen Fall seine Strenge übertreiben. „Wie heißt ihr?“ „Ich heiße Amy“, sagte das Mädchen mit den braunen Haaren und schluckte. „Amy White.“ „Und woher kommt ihr?“ „Ich komme aus Chapel Hill. Das heißt, eigentlich aus Charlotte.“ „Ich sehe, dass hier alkoholische Getränke herumstehen. Dürft ihr überhaupt schon Alkohol trinken? Seid ihr schon einundzwanzig?“ Endlich zeigten auch die anderen beiden eine Reaktion. „Jawohl, Sir“, antworteten alle drei im Chor. „Okay, Amy. Ich sage euch jetzt, was ich tun werde. Dass ihr das Schild nicht gesehen habt, glaube ich euch. Und auch, dass ihr berechtigt seid, Alkohol zu trinken. Deshalb bin ich bereit, ein Auge zuzudrücken und keine Staatsaktion daraus zu machen. Ich werde so tun, als wäre ich nie hier gewesen. Im Gegenzug müsst ihr mir allerdings versprechen, dass ihr nicht zu meinem Vorgesetzten rennt und ihm erzählt, ich hätte euch ohne Strafe laufen lassen.“ Die Mädchen wussten nicht recht, ob sie ihm trauen sollten. „Ehrlich?“, flüsterte Amy. „Ehrlich“, wiederholte er. „Ich war schließlich auch mal auf dem College.“ Das stimmte zwar nicht, aber es klang gut, fand er. „Und wenn ihr euch jetzt bitte anziehen würdet ... Man weiß ja nie, wer sonst noch durchs Gebüsch schleicht.“ Er grinste vielsagend. „Und, bitte, entsorgt sämtliche Bierdosen, verstanden?“ „Jawohl, Sir.“ „Sehr gut.“ Er wandte sich zum Gehen. „War's das?“, rief Amy verdutzt. Clayton drehte sich um und grinste wieder. „Ja, das war's. Und passt gut auf euch auf.“ Durchs Unterholz machte er sich auf den Weg zurück zu seinem Streifenwagen. Immer wieder musste er sich wegen der niedrigen Zweige ducken. Er hatte seine Sache gut gemacht, fand er. Sehr gut sogar. Und Amy hatte ihm am Schluss noch zugelächelt! Kurz spielte er mit dem Gedanken, ob er nicht umdrehen und sie um ihre Telefonnummer bitten sollte. Nein, befand er dann, es war besser, es bei dieser Begegnung zu belassen.
-No nos dio cuenta de esto!- gritó la castaña horrozizadamente mientras que envolviéndose en su tolla. - No teníamos ninguna idea. Recién hace un par de días nos contó alguien de esa playa!- Las otras dos estaban tan angustiadas que ni decían ni una palabra y se esforzaban mantenerse calladas, entrar en sus partes inferiores de su bikini. Pero la tercera chica siguió hablando valientemente. -La verdad que estamos para la primera vez aquí!- Ella sonaba como si sus lágrimas comenzieran a recorrer su rostro. Típicamenta para una superior chica mimada. Seguramente todas tres forman para de esta categoría. Se las veían de alguna manera. -Habéis sabido que la desnudez pública es una ifracción criminal en este sitio?- El veía cómo empaledecían las tres gracias. Seguramente tenían miedo que infracción podría aparecer en su certificado policial como apunte. Una imagen para los diosos, esas chicas. Pero verdaderamente tenía que tener cuidado y de ninguna manera no tenía permiso para exagerar la severidad.- Cómo os llamaís?-, -Me llamo Amy- dijo la chica con el pelo marrón y tragó. -Amy White-, -Y de dónde venís?-, -Yo soy de Chapel Hill. Es decir que en realidad soy de Charlotte.-, -Veo que aquí estan bebidas alcohólicas. Ya teneís permiso de beber alcohol? Ya tenéis 21 años?- Por fin las otras chicas mostraban una reacción. -Claro, sir, respondieron las tres en un coro. -Vale, Amy. Ahora os digo lo que voy a hacer. Qué no habéis visto el letrero, os creo. Y también que tenéis el permiso de beber alcohol. Por lo tanto acepto hacer la vista gorda y que no hago un asunto de Estado. Haré como si nunca hubiera estado aquí. Sin embargo en compensación tenéis que prometerme que no vais a mi jefe y contarle que yo os hubiera dejado salir sin castigo- Las chicas no sabían si pudieran confiar en él. - De verdad?- susurró Amy. -De verdad- repitió. - La verdad que yo también he estado en el colegio una vez.- Eso no es verdad pero sonaba bien, pensaba. -Y quisierais vestiros ahora, por favor... nunca se sabe quién va de puntillas por el soto.- El sonrio elocuentemente. -Y por favor desecháis las latas enteras de cerveza, oís?- Vale, Sir-, -Muy bien- Se giró a irse. -Es todo?-, exclamó Amy atónita. Clayton se giró y sonrio de nuevo. -Sí, eso es todo. Y Mantened salvas.- Por la maleza se encaminó a su coche patrulla. Simpre nuevamente tenía que agacharse por las ramas bajas. Pensaba que había hecho su cosa bien. Incluso muy bien. Y Amy todavía le había sonreido por último! Por un momento ronda su mente la idea si él debería girarse y pedirse su número. No pesaba, era mejor dejarlo con este encuentro.
Texto alemán:
„Nein, das haben wir gar nicht bemerkt!“, rief die Brünette entsetzt, während sie sich in ihr Handtuch wickelte. „Wir hatten keine Ahnung. Uns hat erst vor ein paar Tagen jemand von diesem Strand erzählt!“ Die anderen beiden waren so verängstigt, dass sie kein Wort herausbrachten und sich nur stumm bemühten, irgendwie in ihre Bikini-Unterteile zu kommen. Aber das dritte Mädchen redete tapfer weiter. „Wir sind heute wirklich zum allerersten Mal hier!“ Sie klang, als würde sie gleich in Tränen ausbrechen. Typisch für so eine verwöhnte höhere Tochter. Bestimmt gehörten sie alle drei in diese Kategorie. Man sah es ihnen irgendwie an. „Wusstet ihr, dass öffentliche Nacktheit hierzulande ein kriminelles Vergehen ist?“ Er sah, wie die drei Grazien erblassten. Bestimmt hatten sie Angst, diese Übertretung des Gesetzes würde als Aktennotiz in ihrem polizeilichen Führungszeugnis auftauchen. Ein Bild für die Götter, diese Mädels. Aber er musste wirklich vorsichtig sein und durfte auf keinen Fall seine Strenge übertreiben. „Wie heißt ihr?“ „Ich heiße Amy“, sagte das Mädchen mit den braunen Haaren und schluckte. „Amy White.“ „Und woher kommt ihr?“ „Ich komme aus Chapel Hill. Das heißt, eigentlich aus Charlotte.“ „Ich sehe, dass hier alkoholische Getränke herumstehen. Dürft ihr überhaupt schon Alkohol trinken? Seid ihr schon einundzwanzig?“ Endlich zeigten auch die anderen beiden eine Reaktion. „Jawohl, Sir“, antworteten alle drei im Chor. „Okay, Amy. Ich sage euch jetzt, was ich tun werde. Dass ihr das Schild nicht gesehen habt, glaube ich euch. Und auch, dass ihr berechtigt seid, Alkohol zu trinken. Deshalb bin ich bereit, ein Auge zuzudrücken und keine Staatsaktion daraus zu machen. Ich werde so tun, als wäre ich nie hier gewesen. Im Gegenzug müsst ihr mir allerdings versprechen, dass ihr nicht zu meinem Vorgesetzten rennt und ihm erzählt, ich hätte euch ohne Strafe laufen lassen.“ Die Mädchen wussten nicht recht, ob sie ihm trauen sollten. „Ehrlich?“, flüsterte Amy. „Ehrlich“, wiederholte er. „Ich war schließlich auch mal auf dem College.“ Das stimmte zwar nicht, aber es klang gut, fand er. „Und wenn ihr euch jetzt bitte anziehen würdet ... Man weiß ja nie, wer sonst noch durchs Gebüsch schleicht.“ Er grinste vielsagend. „Und, bitte, entsorgt sämtliche Bierdosen, verstanden?“ „Jawohl, Sir.“ „Sehr gut.“ Er wandte sich zum Gehen. „War's das?“, rief Amy verdutzt. Clayton drehte sich um und grinste wieder. „Ja, das war's. Und passt gut auf euch auf.“ Durchs Unterholz machte er sich auf den Weg zurück zu seinem Streifenwagen. Immer wieder musste er sich wegen der niedrigen Zweige ducken. Er hatte seine Sache gut gemacht, fand er. Sehr gut sogar. Und Amy hatte ihm am Schluss noch zugelächelt! Kurz spielte er mit dem Gedanken, ob er nicht umdrehen und sie um ihre Telefonnummer bitten sollte. Nein, befand er dann, es war besser, es bei dieser Begegnung zu belassen.
domingo, 1 de mayo de 2016
Traducción del libro "Für immer der Deine" de Nicholas Sparks Parte número 2 (3h)
Para el curso de "Traducción e interpretación", traduciré el libro "Für immer der deine" de Nicholas Sparks en este semestre (Sommersemester 2016)
o
En el camino dieron una pequeña vuelta por el camino forestal antiguo que antes había servido a modo de dispación de madera. Este camino serpenteaba a sólo dos kilómetros por el National Forest, hasta el lugar donde el Swan Creek hacía una curvatura cerrada en dirección a South River. Allí había una playa bonita de cantos rodados y cada uno sabía que se podía bañarse desnudo sin ser estorbado. Clayton no tenía idea cómo esta tradición había nacido. Pero se había acostumbrado a pasar en coche con frecuencia por allí, siempre con la esperenza de marcar un golpe de suerte cómo hoy. Hace seis semanas había detectado seis chicas desnudas, ahora eran por lo menos tres. Los dos que hasta ahora habían dormitado en sus toallas, buscaban a tientas sus camisetas apresuradament. Una era un poco gordita por mi gusto per las otras dos - también la castaña, que estaba delante de mí- tenían una figura que cada compañero de estudios podía hacer perder la razón. Y cada funcionario de policía.
-No sabíamos que la genta viene aquí. Pensábamos que aquí es permitdo.-
Hacía una cara de inocente, que él pensaba automáticamente: Seguramente, Daddy fuera superorgulloso , si supiera lo que su pequeña hijita hace aquí. Se imaginó qué asustado reaccionaría a esta frase pero porque llevaba uniforem, desgraciadamente tenía que expresar algo serio. Si se divulgaba que la policía patrullaba en la región, pronto ya no venían ningunas estudiantes y eso sería muy lástima.
-Venga conmigo. También me gustaría hablar con sus amigas.-
La seguía abajo hasta la playa de gravas y observaba divertidamente cómo ella intentó en vano proteger su parte trasera. Muy mono. Cuando lograron el calvero cerca del río, las otras dos chicas ya habían puesto sus camisetas. La castaña dio brincos rápidamente hacia ellos, cogió una toalle y volcó un par de latas de cerveza. Clayton indicó a un árbol en la cercanía.
-No habéis visto el letrero?-
De un día para otro tres parejas de ojos miraron en la dirección indicado. Los humanos son ovejas y solamente esperan a un próximo orden, pensó Clayton, El letrero era pequeño y parcialmente estaba cubierto por las ramas bajas de un viejo roble siempreviva. Por orden del juez Kendrick Clayton lo había puesto allí. Dicho sea de paso ese juez era el tío de Keith y la propuesto colocar una información aquí venía de Keith mismo - porque no sabía que una prohibición oficial todavía aumentaba la fuerza de atracción de ese lugar.
Texto alemán:
Unterwegs machten sie einen kleinen Abstecher zu dem alten Waldweg, der früher zur Holzabfuhr gedient hatte. Dieser Weg schlängelte sich knapp zwei Kilometer durch den National Forest, bis zu der Stelle, wo der Swan Creek eine scharfe Biegung in Richtung South River machte. Dort gab es einen hübschen kleinen Kiesstrand, und jeder wusste, dass man da ungestört nackt baden konnte. Clayton hatte keine Ahnung, wie diese Tradition entstanden war. Aber er hatte sich angewöhnt, öfter mal dort vorbeizufahren, immer in der Hoffnung, einen Glückstreffer zu landen, so wie heute. Vor sechs Wochen hatte er sechs entblößte Mädels aufgespürt, jetzt waren es immerhin drei. Die beiden, die bisher auf ihren Handtüchern gedöst hatten, tasteten hastig nach ihren T-Shirts. Die eine war etwas zu mollig für seinen Geschmack, aber die beiden anderen – auch die Brünette, die vor ihm stand – hatten eine Figur, die jeden männlichen Kommilitonen um den Verstand bringen konnte. Und jeden Polizeibeamten. „Wir wussten nicht, dass Leute hierherkommen. Wir haben gedacht, das darf man hier.“ Sie machte so ein Unschuldsgesicht, dass er automatisch dachte: Na, Daddy wäre bestimmt superstolz, wenn er wüsste, was sein kleines Töchterchen hier anstellt. Er malte sich aus, wie erschrocken sie auf diesen Satz reagieren würde, aber weil er Uniform trug, musste er leider etwas Seriöses von sich geben. Außerdem durfte er auf keinen Fall zu weit gehen. Wenn es sich herumsprach, dass hier in der Gegend Polizei patrouillierte, kamen bald keine Studentinnen mehr, und das wäre doch sehr schade. „Kommen Sie mit. Ich würde gern auch mit Ihren Freundinnen sprechen.“ Er folgte ihr hinunter zum Kiesstrand und beobachtete dabei belustigt, wie sie vergeblich versuchte, ihre Rückseite zu schützen. Sehr niedlich. Als sie die Lichtung beim Fluss erreichten, hatten die beiden anderen Mädchen bereits ihre T-Shirts angezogen. Die Brünette hopste schnell zu ihnen, schnappte sich ein Handtuch und warf dabei ein paar Bierdosen um. Clayton deutete auf einen Baum in der Nähe. „Habt ihr das Schild hier nicht gesehen?“ Wie auf Kommando schauten drei Augenpaare in die angegebene Richtung. Die Menschen sind Schafe und warten nur auf den nächsten Befehl, dachte Clayton. Das Schild war klein und teilweise durch die niedrigen Zweige einer alten immergrünen Eiche verdeckt. Auf Anordnung von Richter Kendrick Clayton war es dort aufgehängt worden. Dieser Richter war, nebenbei bemerkt, Keiths Onkel, und der Vorschlag, hier so einen Hinweis anzubringen, stammte von Keith Clayton selbst - er wusste nämlich, dass ein offizielles Verbot die Anziehungskraft des Ortes nur noch steigern würde.
o
En el camino dieron una pequeña vuelta por el camino forestal antiguo que antes había servido a modo de dispación de madera. Este camino serpenteaba a sólo dos kilómetros por el National Forest, hasta el lugar donde el Swan Creek hacía una curvatura cerrada en dirección a South River. Allí había una playa bonita de cantos rodados y cada uno sabía que se podía bañarse desnudo sin ser estorbado. Clayton no tenía idea cómo esta tradición había nacido. Pero se había acostumbrado a pasar en coche con frecuencia por allí, siempre con la esperenza de marcar un golpe de suerte cómo hoy. Hace seis semanas había detectado seis chicas desnudas, ahora eran por lo menos tres. Los dos que hasta ahora habían dormitado en sus toallas, buscaban a tientas sus camisetas apresuradament. Una era un poco gordita por mi gusto per las otras dos - también la castaña, que estaba delante de mí- tenían una figura que cada compañero de estudios podía hacer perder la razón. Y cada funcionario de policía.
-No sabíamos que la genta viene aquí. Pensábamos que aquí es permitdo.-
Hacía una cara de inocente, que él pensaba automáticamente: Seguramente, Daddy fuera superorgulloso , si supiera lo que su pequeña hijita hace aquí. Se imaginó qué asustado reaccionaría a esta frase pero porque llevaba uniforem, desgraciadamente tenía que expresar algo serio. Si se divulgaba que la policía patrullaba en la región, pronto ya no venían ningunas estudiantes y eso sería muy lástima.
-Venga conmigo. También me gustaría hablar con sus amigas.-
La seguía abajo hasta la playa de gravas y observaba divertidamente cómo ella intentó en vano proteger su parte trasera. Muy mono. Cuando lograron el calvero cerca del río, las otras dos chicas ya habían puesto sus camisetas. La castaña dio brincos rápidamente hacia ellos, cogió una toalle y volcó un par de latas de cerveza. Clayton indicó a un árbol en la cercanía.
-No habéis visto el letrero?-
De un día para otro tres parejas de ojos miraron en la dirección indicado. Los humanos son ovejas y solamente esperan a un próximo orden, pensó Clayton, El letrero era pequeño y parcialmente estaba cubierto por las ramas bajas de un viejo roble siempreviva. Por orden del juez Kendrick Clayton lo había puesto allí. Dicho sea de paso ese juez era el tío de Keith y la propuesto colocar una información aquí venía de Keith mismo - porque no sabía que una prohibición oficial todavía aumentaba la fuerza de atracción de ese lugar.
Texto alemán:
Unterwegs machten sie einen kleinen Abstecher zu dem alten Waldweg, der früher zur Holzabfuhr gedient hatte. Dieser Weg schlängelte sich knapp zwei Kilometer durch den National Forest, bis zu der Stelle, wo der Swan Creek eine scharfe Biegung in Richtung South River machte. Dort gab es einen hübschen kleinen Kiesstrand, und jeder wusste, dass man da ungestört nackt baden konnte. Clayton hatte keine Ahnung, wie diese Tradition entstanden war. Aber er hatte sich angewöhnt, öfter mal dort vorbeizufahren, immer in der Hoffnung, einen Glückstreffer zu landen, so wie heute. Vor sechs Wochen hatte er sechs entblößte Mädels aufgespürt, jetzt waren es immerhin drei. Die beiden, die bisher auf ihren Handtüchern gedöst hatten, tasteten hastig nach ihren T-Shirts. Die eine war etwas zu mollig für seinen Geschmack, aber die beiden anderen – auch die Brünette, die vor ihm stand – hatten eine Figur, die jeden männlichen Kommilitonen um den Verstand bringen konnte. Und jeden Polizeibeamten. „Wir wussten nicht, dass Leute hierherkommen. Wir haben gedacht, das darf man hier.“ Sie machte so ein Unschuldsgesicht, dass er automatisch dachte: Na, Daddy wäre bestimmt superstolz, wenn er wüsste, was sein kleines Töchterchen hier anstellt. Er malte sich aus, wie erschrocken sie auf diesen Satz reagieren würde, aber weil er Uniform trug, musste er leider etwas Seriöses von sich geben. Außerdem durfte er auf keinen Fall zu weit gehen. Wenn es sich herumsprach, dass hier in der Gegend Polizei patrouillierte, kamen bald keine Studentinnen mehr, und das wäre doch sehr schade. „Kommen Sie mit. Ich würde gern auch mit Ihren Freundinnen sprechen.“ Er folgte ihr hinunter zum Kiesstrand und beobachtete dabei belustigt, wie sie vergeblich versuchte, ihre Rückseite zu schützen. Sehr niedlich. Als sie die Lichtung beim Fluss erreichten, hatten die beiden anderen Mädchen bereits ihre T-Shirts angezogen. Die Brünette hopste schnell zu ihnen, schnappte sich ein Handtuch und warf dabei ein paar Bierdosen um. Clayton deutete auf einen Baum in der Nähe. „Habt ihr das Schild hier nicht gesehen?“ Wie auf Kommando schauten drei Augenpaare in die angegebene Richtung. Die Menschen sind Schafe und warten nur auf den nächsten Befehl, dachte Clayton. Das Schild war klein und teilweise durch die niedrigen Zweige einer alten immergrünen Eiche verdeckt. Auf Anordnung von Richter Kendrick Clayton war es dort aufgehängt worden. Dieser Richter war, nebenbei bemerkt, Keiths Onkel, und der Vorschlag, hier so einen Hinweis anzubringen, stammte von Keith Clayton selbst - er wusste nämlich, dass ein offizielles Verbot die Anziehungskraft des Ortes nur noch steigern würde.
Correción del texto "Grünberg: Phantomschmerzen" - Dolores imaginarios (1h)
Texto 2: Dolores imaginarios
- Auch wenn er das in seinen Anfällen wilder Raserei immer wieder abstritt- Aunque él no negara una y otra vez sus ataques de rabia salvaje.
- -Ich - dein Vater- rief er dann. - Du weißt doch, wie deine Mutter ist!- -¿Yo, tu padre?-, gritaba entonces. -Ya sabes cómo es tu made.-
- Als ich geboren wurde, war der Ruhm Robert G. Mehlmans auf seinem Höhepunkt - Cuando nací, la gloria de Robert G. Mehlmans estaba en su punto culminante.
- Er war mehr als ein großes Talent - El era más que un gran talento.
- ...verglich ihn oft mit einem Strauß Rosen, der zu lange ohne Wasser in der Vase gestanden hat. - lo comparaba muchas veces con un ramo de rosas que ha estado demasiado tiempo en un jarrón sin agua.
- Wahrscheinlich wurde ich gezeugt, weil mein Vater ein einziges Mal in seinem Leben ein Versprechen haben wollte. - Probablemente fui procreado porque mi padre, por una vez en su vida, quiso/quería cumplir su palabra.
- Weil meine Erzeuger sich in einer Krise befanden und nicht wussten, was sie taten. - Ya que mis procreadores estaban en crisis y no sabían que hacían.
- Doch wichtig ist nur, dass ich gezeugt wurde; warum, spielt keine Rolle. Pero lo importante es que fui procreado; el porqué no tiene importancia.
- -Jedes Detail ist wichtig-, würde er sagen, -nichts darf unserer Aufmerksamkeit entgehen. - -Cada detalle es importante- diría -nada debe escapar a nuestra atención.-
- Was hier eine Rolle spielt, ist nur, dass ich an einem kalten Januartag in einem Hotel in Long Island geboren wurde. - Lo que aquí desempeña un papel, es solamente que yo nací un frío día de enero en un hotel en Long Island.
- ...doch diese Gespräche dauerten so lange, dass es schließlich für jede Abtreibung überhaupt zu spät war. - pero estas conversaciones duraron tanto que al final se hizo deifinitivamente tarde para intentar abortar.
- Meine Mutter, die unbedingt ein Kind wollte, hatte plötzlich Zweifel bekommen. - A mi madre, que deseaba un hijo por encima de todo, le entraron de pronto dudas.
- Mein Vater liebte es, in Hotels zu arbeiten. - A mi padre le encantaba trabajar en hoteles.
- Die Wehen kamen früher als erwartet. - Los dolores de parto llegaron antes de lo esperado.
- Sehr viel hat sie auch nicht tun können. - , la cual tampoco pudo hacer mucho más.
- Der Rechnung zufolge, die er für mich aufhob und mir an meinen vierzehnten Geburtstag - mit Rahmen und allem drum und dran - überreichte, muss er an jenem Abend zwei Flaschen Chianti, vier Gläser Grappa und zwei Flaschen Champagner bestellt haben. - Según la cuenta que él conservó para mí que me entregó el día de mit catorce cumpleaños- con marco y con todo lo relacionado con ello - debió haber pedido ... en aquella tarde.
- Auch scheint er an jenem Abend - doch hierzu gehen die Meinungen auseinander - eine Kellnerin um ihre Hand gebeten zu haben. - También parece que en esa tarde . pero aquí las opiniones defieren - le pidió la mano a una camarera.
- Meine Mutter heulte, ich kreischte wie besessen, die Hebamme schlug mir auf den Hintern und zwei Stockwerke unter uns machte mein Vater einen Heiratsantrag. - Mi madre lloraba, yo chillaba como un loco, la comadrona me daba unas cachetes en el trasero y dos pisos debajo de nosotros mi padre pidió la mano.
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