Para el curso de "Traducción e interpretación", traduciré el libro "Für immer der deine" de Nicholas Sparks en este semestre (Sommersemester 2016).
Sí claro, pensó Clayton. Sobre todo tenéis que papar los donut. En el curso de día laboral Marge tragaba por lo menos una docena de Krispy Kremes. Pesaba seguramente 150 kilos, aun tal vez más. Por la ventana del coche vio que el extraño estaba de cuclillas al lado de su perro y le susurró algo mientras que el perro pingaba el agua. Clayton sacudió la cabeza. Comó se sabía hablar von animales? Esto solamenta hacían los tontos. Como el perro entendería algo, fuera de los ordenes básicos. Su ex-mujer también siempre charlaba con sus perros y los trataba como hombres. Realmente él hubiera que notado al principio que no había tenido sentido con ella. Pues hubiera evitado muchos problemas.
-No puedo encontrar nada.- digo Marge.
Marge sonaba como si mazcara algo.
-Por lo que puedo observar , no hay ningún orden de detención.-
-Estás seguro verdaderamente?-
-Cómo no! Entiendo mi trabajo.-
Era como si el extraño hubiera escuchado la conversación.
En todo caso enderezó, tomó la llave y echó la mochila al hombro.
-No hay llamadas? Por gente que andaba vagabuneando?-
-No esta mañana el teléfono está callado. Dónde estás? Tu padre te te buscaba.-
El padre de Clayton era el sheriff.
-Dile que ahora voy.-
-El está muy enojado.-
-Entondes le dices que estoy saliendo de patrulla, vale?-
Para que sepa que estoy trabajando, esto hubiera dicho con gusto pero no lo hizo..
-Lo haré-
Es mejor así.
-Tengo que irme.-
El colgó el teléfono de nuevo, se quedó sentando por un momento. Que pena realmente.
Hubiera sido divertido poner el hombre en la celda con su pelo de chica y todo. Los hermanos Landry se hubieran divertido estupendamente con garantía. Ellos eran clientes habituales: por emborracharse , conducta desorientada y por peleas - muchas veces se golpeaban entre ellos. Clayton puso la mano en la manilla de la puerta. Y porque su padre esta vez estaba enojado? El hombre viejo le molestaba. Haz esto. Haz esto. Ya has hecho los documentos? Por qué te has atrasado? Cuando su padre empezó, Clayton hubiera aclarado que esto no tiene que ver nada con él y que derbería ocuparse de sus cosas. Pero el viejo se imaginaba que él pudiera decir algo. Pero le daba igual. Más temprano o más tarde lo entendería. Y Clayton tuvo que deshacer el hippie antes de que las chicas vinieron. En este bosque los hombre deberían sentirse bien. Excursionistas sucias podían destruir todo. Clayton bajó y cerró la puerta. El perro puso su cabeza torcida cuando el Deputy se acercó y dio el pasaport a Thibault.
-Perdona el atraso, Senor Thai-bolt.-
Esta vez pronunció su nombre malo con intención.
-Solamente he hecho mi obligación. O tiene usted drogas o armas en su mochila?-
-No, no lo tengo.-
-Puedo investigarlo?-
-Mejor que no.-
-Usted conoce los artículos de la constitución.-
No me lo puedo creer, Ahora le instruyó ese idiota que el sistema jurídico americano tiene un artículo de la protección de la esfera privada.
-Veo que usted tiene un saco de dormir, Acampa en alguna parte?-
-Ayer por la noche fui en Burke County.-
Clayton examinaba con la vista el hombre mientras que pensaba de su respuesta.
-En esta región no hay ningún camping..
-El extraño se calló. Ahora Clayton era que apartó la mirada.-
-Debería dejar el perro en su sedal.-
-La verdad que en este sitio no hay la obligación del sedal.-
-Es verdad, solamente lo he dicho para que el perro no se ponga en peligro. En la calle prinicpal hay mucho tránsito.-
-Voy a cuidar.-
Texto alemán:
Ja, klar, dachte Clayton. Vor allem müsst ihr Donuts futtern. Im Lauf eines
Arbeitstages verdrückte Marge mindestens ein Dutzend Krispy Kremes. Sie wog
sicher hundertfünfzig Kilo, wenn nicht mehr.
Durchs Wagenfenster sah er, dass der Fremde neben seinem Hund kauerte
und ihm etwas zuflüsterte, während dieser das Wasser schlabberte. Clayton
schüttelte den Kopf. Wie konnte man nur mit Tieren reden! So was machten doch
ausschließlich Spinner. Als würde der Hund irgendetwas verstehen, außer den
Grundkommandos. Seine Exfrau quasselte auch immer auf ihre Hunde ein und
behandelte sie wie Menschen. Eigentlich hätte er daran schon anfangs merken
müssen, dass es keinen Sinn mit ihr hatte. Dann wäre ihm viel Ärger erspart
geblieben.
„Ich kann nichts finden“, hörte er Marge sagen. Sie klang, als würde sie etwas
kauen. „Soweit ich das sehe, gibt es keine ausstehenden Haftbefehle.“
„Bist du dir da ganz sicher?“
„Natürlich! Ich verstehe was von meinem Job.“
Es war, als hätte der Fremde das Gespräch mitgehört. Jedenfalls richtete er
sich auf, packte die Schüssel wieder ein und schulterte den Rucksack.
„Sind auch keine Anrufe eingegangen? Über Leute, die herumstreunen oder
so?“
„Nein, heute Morgen ist das Telefon ruhig. Wo steckst du überhaupt? Dein
Dad hat dich schon gesucht.“
Claytons Dad war der Sheriff.
„Sag ihm, ich bin gleich da.“
„Er ist ziemlich sauer.“
„Dann richte ihm aus, dass ich auf Patrouille bin, okay?“
Damit er weiß, ich arbeite, hätte er am liebsten hinzugefügt, ließ es aber
bleiben.
„Wird gemacht.“
Schon besser.
„Ich muss los.“
Er hängte das Funkgerät wieder ein, blieb aber noch einen Moment sitzen.
Schade eigentlich. Es hätte Spaß gemacht, den Typen in eine Zelle zu sperren, mit
seiner Mädchenfrisur und allem. Die Brüder Landry hätten sich garantiert blendend
mit ihm amüsiert. Sie waren samstagabends sozusagen Stammgäste: wegen
Trunkenheit, wegen Erregung öffentlichen Ärgernisses, wegen Schlägereien -
meistens verprügelten sie sich gegenseitig. Außer wenn sie eingelocht waren. Dann
suchten sie sich andere Opfer.
Clayton legte die Hand auf den Türgriff. Und warum war sein Dad diesmal
sauer? Der alte Herr ging ihm auf die Nerven. Tu dies. Tu das. Hast du die
Unterlagen schon bearbeitet? Warum bist du so spät dran? Wenn sein Vater
loslegte, hätte Clayton immer am liebsten klargestellt, dass ihn das nichts anging und
er sich um seinen eigenen Kram kümmern sollte. Aber der Alte bildete sich ein, er
hätte bei ihm noch das Sagen.
Na, egal. Früher oder später würde er es schon kapieren. Und Clayton musste
erst mal den Hippie loswerden, bevor die Mädchen kamen. In diesem Wald sollten
sich die Menschen wohlfühlen. Versiffte Wanderer konnten alles kaputt machen.
Clayton stieg aus, knallte die Tür hinter sich zu. Der Hund legte den Kopf
schief, als der Deputy näher kam und Thibault den Pass hinhielt. „Entschuldigen Sie
die Verzögerung, Mr. Thai-bolt.“ Diesmal sprach er den Namen absichtlich falsch
aus. „Ich habe nur meine Pflicht getan. Oder haben Sie etwa Drogen und Waffen in
Ihrem Rucksack?“
„Habe ich nicht.“
„Könnte ich mal selbst nachsehen?“
„Lieber nicht. Sie wissen doch – der vierte Zusatzartikel zur Verfassung und
so.“
Nicht zu fassen! Jetzt belehrte dieser Vollidiot ihn auch noch indirekt, dass es
im amerikanischen Rechtssystem so etwas wie einen Schutz der Privatsphäre gab!
„Ich sehe, Sie haben einen Schlafsack dabei. Zelten Sie irgendwo?“
„Gestern Abend war ich in Burke County.“
Clayton musterte den Mann eingehend, während er über die Antwort
nachdachte.
„Hier in der Gegend gibt es keine Campingplätze.“
Der Fremde schwieg.
Nun war Clayton derjenige, der den Blick abwandte. „Sie sollten den Hund
besser an der Leine lassen.“
„Soviel ich weiß, gibt es in diesem Bezirk keinen Leinenzwang.“
„Stimmt. Ich meine ja nur – damit Ihr Hund nicht in Gefahr gerät. Auf der
Hauptstraße ist viel Verkehr.“
„Ich werde aufpassen.“